Nunca había
deseado tanto estar de vuelta. Habían pasado años, y día tras día, siempre me
hacía la misma pregunta: ‘‘¿Volveré?’’
Corrí, tropecé,
pensé que nunca lo lograría.
Allí es donde no
importaba nada más que la libertad individual, allí es donde los zombies con
corbata no podían obligarme a nada, allí es donde nada es para tanto.
Lo conseguí, no
es difícil.
Retirarse,
respirar, llorar y sentir. No hacía falta mucho más. Así conseguí regresar.
Deja que pasen
las horas sin más, ya que no hay más.
No pensar, no
organizar.
No sé si existe
el renacer de una hermosa alma a otro cuerpo despojado, pero encontré otra
filosofía, y es que, regresar significa: despertar, desautomatizarte, dejar de
ser quien quieren que seas y quien crees que eres y simplemente… ser.
Haz lo que
tengas que hacer, todo habrá terminado pronto, así que relájate y siente todo
tu alrededor como nunca has hecho antes, y así lo lograrás.
Regresar a ti.
Regresar a tus
instintos.
¿Querías dinero?
¿Ser supermodelo? Jódete.
Ignorantes al nacer y luego simplemente
nos programan.
Rebélate, déjate llevar, sé el animal que
eres.
Despierta, corre…
¡vuelve!
Como si en el
vientre de mamá me encontrase, donde la oscuridad se convierte en
inocencia y los sueños vuelven a empezar.
~